domingo, 1 de enero de 2012

11.59h

Miro el teléfono móvil, faltan 3 tristes minutos para la hora: la hora del fin... del fin de año. Sonrío ampliamente al ver cómo entra el primer mensaje, de mi amiga, fiel sin duda a la tradición del mensaje pre-año-nuevo y lo leo con una sonrisa mientras entra otro, a las 11.59... Sonrisa de indiscutible belleza y sinceridad, transparente y hermosa asoma a mi cara al ver de quién es... ¡Oh maravilla! Un mensaje del ángel maravilloso que ilumina mi camino y hace mi corazón latir intensamente... Quizás hubiese preferido un contenido más amoroso, pero el hecho de ver parpadear mi pantalla con un mensaje con su nombre fue suficiente para hacer mis rodillas temblar y... conseguir que perdiera la noción del tiempo y llegase tarde a las uvas... Qué triste...

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