Soy una rosa
repleta de espinas.
De apariencia
y dulzura infinita.
A quienes me hacen daño,
les clavo espinas;
y si además no les conozco,
el dolor se agudiza.
Más que una rosa
soy una hiedra maldita
que, no sólo con veneno,
te ataca y no avisa.
El veneno fluye,
ahora agonizas.
El corazón no late:
te quedaste sin vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
No se acepta spam =)