
Lo
mejor de nuestras abuelas sale a relucir cuando, después de los típicos
“qué guapa está mi niña” y los igual de típicos “estás demasiado
delgada” aunque te sobren 10kg, viene el momento de las preguntas, las
odiosas preguntas, “¿qué tal los estudios / el trabajo? ¿Muy ajetreado?
Y, por cierto, ¿ya tienes novio? Yo de tu edad ya estaba casada…”. Yo no
sé cómo se molestan en preguntar eso… Veamos, analicemos: si tuviese
se lo presentaría, digo yo, ¿no creéis? Pero ellas se empeñan en
preguntarlo por si se nos olvidó decirlo…
En
fin, mejor la sesión de preguntas que el sermón de siempre “¿por qué no
has llamado o has venido a ver a tus abuelos? No ves que tus abuelos se
sienten solos… Menos mal que te acordaste de que seguimos vivos y
viniste a vernos, porque ya pensábamos que te habías olvidado de
nosotros, y bla, bla, bla…”. A ver señores si la conversación telefónica
de la abuela es peor que la de nuestra madre:
- Hola abuela, ¿cómo están?
- Aquí, mi niña, tirando… ¿y ustedes?
- Muy bien, abuela –pausa de un minuto–. ¿Mucho frío?
- Sí cariño, hace frío.
- Eso es malo para los huesos abuela, abríguense mucho.
- Claro que sí… y ¿qué tal te va?
- Bien, abuela, no me puedo quejar –otro minuto de silencio–. Bueno abuela, pues… adiós… muchos besos… cuídense.
- Claro mi niña, tú también, muchos besos por ahí también.
Cuelgas
el teléfono y te sientes realizada… Esa es la conversación típica,
ahora, como tengas algún animal la conversación se hace más larga y le
prestan más atención que a ti y, como tengas varios, directamente no
existes:
- […] ¿cómo está el perrito?
- Muy bien, abuela.
- No te olvides de darle de comer y que no pase frío… ¿y los pájaros?
- Bien también.
-
A ver se le das uno a tus abuelos cuando tengan crías. La jaula se la
mantienes como ‘los chorros de oro’, dales fruta variada y mezcla, no
alpiste, ponles huevo sancochado y que no se te olvide ponerles agua
limpia y fresquita cada día, además de agua para que se bañen… ¡Que no
se te olvide el hueso de sepia ni la barrita de cereales!
- No abuela…
- ¿Y ya cantan o siguen con la muda?
- Ya cantan abuela, más que ayer y menos que mañana.
- Así me gusta. Por cierto, ¿qué es del hámster y de la tortuguita? Bla, bla, bla…
A
los nietos que nos den, los animales tienen preferencia… Y la frase de
despedida por excelencia no tiene desperdicio, siempre será: “ni pelees
ni discutas con tu hermano”.
Abuelas… no las cambia nadie… y mejor que no, que siempre nos hacen nuestro plato favorito ^-^
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