Quiero que la nena duerma
mientras juego con la fiera,
consciente de que el fuego que te quema
es el combustible de mis venas...
Y no hay cadena resistente
ni prisión para mí secreta
pues, si te escondes en una de ellas,
alfa siempre encuentra a beta...
No habrán reglas que estropeen
nuestra dulce estratagema,
solo las que impongamos:
las que harán de esta velada la perfecta...
Dos extraños, una cama:
una noche de guerra...
Yo seré el animal
que corrompa a la princesa.
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